A S'atalaia de Sant Joan. Paseo por la zona de Benirrás.

La ruta de hoy nos llevará desde Ibiza hasta la zona de Benirrás, emblemática cala del norte de la isla, en la que se reúnen en las noches de verano cantidad de personas a ver la puesta de sol. Aunque situada en la costa norte, la cala tiene una clara orientación hacia el oeste, lo que unido a la presencia en el centro de su espejo de aguas del illot de Cap Bernat (que a mí siempre me ha recordado un barco con sus velas hinchadas), hacen de este lugar un sitio único. Rodeada de grandes masas boscosas, un desastroso incendio destruyó en agosto de 2010 más de 400 hectáreas de su entorno, llegando hasta la punta de Xarraca. Durante la ruta uno puede hacerse una idea de lo que se perdió, puesto que accedemos a la cala desde su vertiente este, por lo que llegamos a ella en sentido contrario a como avanzó el fuego. Me pareció realmente impactante pedalear por ahí.

S'illot des Cap Bernat en la puesta de sol.

Descripción de la ruta.

Como siempre, os dejo la ruta aquí. Se trata de una ruta de 52 Km, que requiere seguro cuatro horas completas de rodar, con tres puntos exigentes. El primero nada más salir de Ibiza, exactamente igual que en la ruta que nos llevó a Morna. El segundo,  el más duro con diferencia del día, nos dejará a media ladera de la Atalaia de Sant Joan. Subir hasta arriba justificaría por sí solo la ruta completa puesto que las vistas son alucinantes -en días claros se ven las costas de Mallorca-, aunque el día que hicimos la ruta no llegamos arriba para poder llegar bien  de tiempo a nuestro destino. El último, la salida de Benirrás, es menos exigente, pero los kms acumulados se van notando y, como dice un buen amigo, "hay que apretar los dientes".


Tramos más significativos.

El primer tramo, hasta la Font de Labritja, es un tramo cómodo, que discurre por lo que -seguro- será el futuro carril bici de la carretera de Sant Joan.  En el fondo, se trata de rodar hacia el norte de forma casi paralela a la carretera principal. El camino tiene algunos tramos muy agradables, entre campos de cultivo y cerca de casas payesas dignas de ver (alguna hay también digna de ser ignorada). En el km 21 nos podremos parar a repostar agua o algo de comida en el conocido Bar Can Curuné. Dos kilómetros más tarde, tras un espectacular tramo por dentro de un torrente, llegaremos a "sa font de Labritja". En mi opinión vale la pena pararse allí, pero no demasiado rato, pues estamos a media subida y si te enfrías, luego no hay manera de subir lo que falta...



El segundo tramo es con diferencia el más corto, pero el más duro. Tiene una subida hasta mitad de la "atalaia de sant Joan" con pendientes del 11%, aunque a cambio el camino es bueno. Cuando lo subí pensé que me costaría más (cada vez estoy más convencido que hace más difícil el ascenso un mal camino que una fuerte pendiente). Al llegar arriba, la ruta discurre por la cresta de un monte en la que a la derecha se ve el mar y a nuestra izquierda se abre un valle inmenso que abarca toda la zona de Sant Llorenç, Sant Miquel y Santa Gertrudis. Hay que llevar cuidado en el km 28, por que hay que sortear una barrera que cierra el camino para coches. Sabiéndolo, no tiene pérdida. Tan solo medio km después, hay un perfecto mirador para, ahora sí, pararse a desayunar.

Una vez hayamos descansado un poco, seguiremos la ruta en su último tramo. Desde donde nos encontramos, habrá que enfrentarse a una bajada larga y técnica, con bastante desnivel, mucha piedra suelta y algún que otro surco. Abajo, tras un bonito tramo que incluye el paso por un huerto particular (espero que su dueño no sea uno de mis pocos lectores...), tomaremos un camino asfaltado que, no sin esfuerzo -ya empiezan a ser muchos kilómetros- nos dejará en la parte alta de la carretera que une Sant Miquel con Sant Joan (km 34.3). A partir de ahí, una comodísima bajada por el carril bici hasta Ibiza hará que nuestra ruta no supere de mucho las cuatro horas... Y luego dicen que no es útil, el carril bici...

Espero que os guste.