Torres de Balafia |
Ses Torres de Balafia es un conjunto de siete viviendas rurales protegidas por dos torres de defensa. Estas torres, que en la isla se construían habitualmente en la costa con el fin de anticipar los ataques que sufría la isla, tienen la particularidad de estar situadas en una zona central de la isla, bastante alejada de la costa, lo que sin duda demuestra su caracter puramente defensivo... Recuerdo que cuando llegamos allí, le comenté a un compañero de ruta: ¿cuántos ataques debieron sufrir hasta decidir construir estas torres? Ciertamente la vida en aquellas épocas no debía ser muy sencilla.
Ses Torres de Balafia es un conjunto de siete viviendas rurales protegidas por dos torres de defensa. Estas torres, que en la isla se construían habitualmente en la costa con el fin de anticipar los ataques que sufría la isla, tienen la particularidad de estar situadas en una zona central de la isla, bastante alejada de la costa, lo que sin duda demuestra su caracter puramente defensivo... Recuerdo que cuando llegamos allí, le comenté a un compañero de ruta: ¿cuántos ataques debieron sufrir hasta decidir construir estas torres? Ciertamente la vida en aquellas épocas no debía ser muy sencilla.
En este lugar da la sensación de estar en otra época, y uno puede imaginarse los corrales repletos de animales o alguno de los hornos payeses que ocupan parte de la calle siendo usados para cocer pan, o en esta época, flaones, típico y ancestral postre ibicenco de Semana Santa (por cierto, siempre he pensado que si el flaón fuese de otra isla no muy lejana a la nuestra, se vendería en cajas hexagonales y saldría por las cintas transportadoras de los aeropuertos de media Europa).
La callecita empedrada que atraviesa el conjunto de viviendas es única en la isla. Las construcciones que la cierran son de un purísimo estilo ibicenco, con sus techos planos y sus juegos de volúmenes tan típicos aquí. Llama la atención que aún a día de hoy se mantiene la antiquísima costumbre de pintar una cruz blanca en la torre. Según me contó mi bisabuela, se hacía para proteger la casa de malas influencias, sin que ella misma pudiese jamás precisar qué significaba exactamente eso.
La ruta:
La ruta, que puedes descargar aquí, es larga (46,8 Km) pero no tiene grandes desniveles. Aún así serán necesarias no menos de 4 horas para completarla. Además la visita al poblado hará que el descanso se alargue más de lo habitual. Se acumulan casi 600 metros de desnivel, lo que teniendo en cuenta lo larga que es, la convierte en una ruta bastante "rodadora". Tan solo hay un tramo un poco exigente aunque el hecho de que se encuentre casi al final parece que le aumenta la dificultad.
Tramos más significativos:
Aunque no lo he comentado, esta ruta pasa también por Cala Llonga. Lo hice para adaptar el kilometraje y alargar un poco la ruta. Conviene fijarse cuando estamos llegando en la vista de la zona agrícola que precede a la playa. No me extraña que fuese de las primeras zonas en urbanizarse, porque debía ser espectacular...
Una vez salgamos de Cala Llonga, atravesamos el "pla de Santa Eularia" y su río por un puente del que no conocía su existencia. Más tarde he sabido por un vecino (gracies Miquel) que es más antiguo incluso que "es Pont Vell de Santa Eulària".
Siguiendo la ruta nos dirigimos al valle de Morna para torcer a la izquierda en cuanto hayamos pasado la Venda des Novells (km 23) y tomamos ya la dirección hacia Sant Llorenç, donde se encuentra nuestro destino.
De la vuelta hay que destacar el ascenso a las montañas que separan Santa Gertrudis del pla de Santa Eularia (se atraviesa la atalaya de Sant Llorenç ascendiendo el Puig des Pi Alt), que sin ser de una gran dificultad, si que se deja notar por los kilómetros que ya llevamos encima. Al otro lado apareceremos en una zona agrícola sin desniveles importantes donde de nuevo habrá que vadear el río de Santa Eulalia (esta vez sin puente). Desde allí un ya cómodo descenso que puede ser incluso por el carril bici de Sant Miquel nos dejará en Ibiza de nuevo.
Espero que os guste.